El barranquismo seco tiene su gran aliciente en la verticalidad de los barrancos que se descienden, permitiéndonos disfrutar de la técnica del rápel y de unas vistas maravillosas sin tener que mojarnos.
En esta actividad de aventura descendemos un barranco, situado en un precioso entorno montañoso, con multitud de rápeles, que van desde los 5 metros de altura, los más cortos, a los 30 metros los más largos, brindándonos unas vistas espectaculares.